Quizás alguno de nosotros nos entre ese tipo de morriña echando de menos aquella niñez, tan lejana y cercana a la vez durante estos días de septiembre.
Quien no recuerda esos días en los qué terminaba el verano y dejábamos colgadas nuestras chancletas de plástico y colores, minúsculas en esos pequeños pies que tanto habían chapoteado durante ese caluroso verano en playas, ríos y embalses incrustados en la piel de toro .
Comenzaba el nuevo curso y cambiásemos las chancletas de colores por los zapatos y botas de piel que chapotearían sobre charcos y nieve durante el largo invierno.
Comenzaba un nuevo curso y con ello nuestros nuevos pasos en el nuevo curso .Todo era nuevo, el uniforme, la maleta, los libros, el cartapacio, y las pinturas de colores!